18 de marzo de 2007

Los pacientes tienen que
Contar con el aval de un
Familiar para ser ingresados.

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Un millón es un millón


La ley sobre salud mental No. 12-06 en su artículo 43 dice que la función del Hospital Psiquiátrico Padre Billini debe ser modificada progresivamente como resultado de la implantación y desarrollo de las estructuras alternativas asistenciales y sociales que determine el Plan de Salud Mental.
También dice que a partir de la promulgación de esta ley el hospital psiquiátrico padre billini se llamará “centro de salud mental padre billini.



Inseguridad, vicios y oscuridad caracterizan el hospital psiquiátrico
Una institución que se distingue por el abandono
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Un lugar donde se traten trastornos mentales debes estar en buenas condiciones pero el hospital psiquiátrico Padre Billini al parecer no cree lo mismo.
La brisa soplaba, entre el murmullo de pacientes, familiares y empleados que se encontraban en la plaza derecho de las personas con enfermedades mentales, donde los pacientes, que allí residen, tienen permitido fumar para de esa manera distraerse de su realidad, mientras caminan harapientos, sucios y descalzos por el lugar. Un clima de oscuridad y abandono rodea el centro desde el portón de hierro oxidado y vagamente asegurado, hasta las habitaciones de los enfermos, desordenadas y las cocinas deterioradas.
El hospital psiquiátrico padre billini es una institución publica donde se atienden específicamente los enfermos mentales, se le da atención a pacientes agudos tratando las crisis, sobretodo, cuando una persona esta sicótica (que no tiene control de sí mismo o capacidad de discernimiento) y que en algún momento su vida corre peligro o la vida de otras personas.
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Quienes pueden ingresar:
Para que una persona pueda ingresar al hospital psiquiátrico tiene que cumplir con ciertos requisitos entre los que figuran: Que no sea mayor de 65 años ni menor de 18, que no tenga ningún tipo de enfermedad orgánica y que generalmente este acompañado por un familiar. Los pacientes tienen que contar con el aval de un familiar para ser ingresados, que lo traiga y, si es necesario, que se quede con el paciente.

Los pacientes se ingresan en la unidad de observación, un espacio donde se queda por 24 horas; si en ese tiempo no se resuelve el problema entonces va a la unidad de intervención en crisis y en esta unidad durarán de cero a 10 días. Si el problema no se resuelve en esa unidad entonces ahí ya va a otra unidad donde no necesita al familiar.

Al familiar que se queda con el paciente se le ofrecen todas las facilidades que se les ofrecen a los pacientes.

Lo principal
Las patologías más recurrentes dentro de los pacientes son los trastornos de estado de ánimo bipolar, la esquizofrenia, trastorno depresivo mayor y los trastornos inducidos por sustancias adictivas. Otros motivos por los que son ingresados los pacientes en este centro son los trastornos de ansiedad, los ataques de pánico, las fobias sociales, los trastornos de la personalidad, desajustes de la personalidad y las crisis circunstanciales de la vida, como los conflictos por divorcio.

Dentro de las características principales del trastorno de estado de ánimo encontramos que: la persona no duerme, esta muy exaltada, tiene un aumento de la autoestima y un aumento del alivio.


Para que alcanza un millón de pesos:

Como presupuesto, el hospital maneja un millón de pesos mensualmente, al año serian 12 millones, pero al parecer no es tan cierto eso de que un millón es un millón, pues en este centro de salud un millón no es nada cuando las cocinas están deterioradas la paredes sucias y los enfermos hediondos.

El director del establecimiento nos dice que muchas veces se ven obligados a suplir de vestimenta, calzado y artículos para el aseo personal pero eso no es lo que reflejan las personas dentro del “28”

Entrevistamos a familiares de algunos pacientes y las referencias dadas sobre el servicio fueron las mejores. Sin embargo pudieron estar condicionadas por la presencia del director del hospital. Luego cuando nos disponíamos a marcharnos entrevistamos a Dolores Correa, quien tiene un hijo hospitalizado y dice que los servicios son regulares y que el hospital tienes sus cosas que no están como deberían.

El personal que trabaja en el hospital, según Pedro Fernández, director del centro, esta “altamente calificado” en su área: hay enfermeros, llaveros para cada área, vigilantes, encargado de limpieza de las áreas verdes, encargado de limpieza dentro de toda el área física, encargado de personal. También hay una residencia médica que cuenta con 12 médicos residentes formando un total de 27 médicos. El centro cuenta con equipos de laboratorio, equipos de psicología, equipos de farmacia y equipo de trabajo social, el que se encarga de detectar los casos cuando se ingresan sin familiares, de donde vienen para volver a insertarlos en la sociedad.

Pablingo Un vendedor de chinas que lleva aproximadamente año y medio vendiendo fuera del hospital nos dice que ellos atienden bien a los pacientes pues le dan su desayuno y su comida y su cena, le dan su medicina y nos dice que siempre hay un portero, quien por cierto cuando fuimos dejo la puerta sola para indicarnos el camino estando allí varios pacientes.

También nos cuenta que a veces los pacientes se escapan y que el mismo ha tenido que devolverlos al hospital. Esto deja mucho que decir ante la afirmación del director al decir que el “personal esta altamente calificado”

Infraestructura:
El hospital fue construido en el 1959, era un hospital sumamente grande, en principio eran 20 pabellones. Una parte, más grande que la estructura actual, en el año 1979 fue usada como asilo para los refugiados del ciclón David.

Hay áreas que están abandonadas y que ya no se utilizan porque como dice el director, “realmente esta demostrado que no se necesitaba un hospital tan grande, precisamente para evitar la dependencia del hospital y que las personas que recojan a los enfermos mentales no los quieran traer y tenerlos como en un almacén de enfermos. Ahora solo se utilizan nueve pabellones o unidades y con eso se resuelve”.

El centro cuenta con una plaza, que sirve de área de recreación para los pacientes, familiares y empleados; cuenta además con una farmacia y una cafetería en la que el producto más solicitado son los cigarrillos.

Como decía la película: Los locos también piensan
Y decimos esto porque al estar con ellos en la plaza nos dimos cuenta de que estas son personas que tienen un mundo el que quisieron compartir con nosotros.
Uno de los pacientes que vimos y con los que pudimos conversar fue con Tami, una señora que se la pasaba fumando, descalza y sentada en la plaza disfrutando de la brisa fresca. Conversa amigablemente y dentro de sus delirios nos dice que tiene 20 años en el lugar y que la dejaron injustamente encerrada cuando fue a buscar a una amiga, pero anteriormente nos había dicho que estaba porque le daba la gana. Tami también nos dijo que estudio medicina, psicología, odontología, psiquiatría….

El americano es otro de los pacientes que desde que nos vio lo primero que nos dijo fue “i´m from América” y quien nos expresó que no los tratan bien, de inmediato llegaron dos enfermeros y se los llevaron.

Entendemos que las condiciones en la que tienen a los pacientes del hospital psiquiátrico no son las mejores o las mas adecuadas, eso demuestra que en nuestro país no se le presta la debida atención o la atención requerida a los enfermos mentales. Como ejemplo de esto tenemos la gran cantidad de personas que deambulan por nuestras calles con problemas de esa índole.

Nuestro país lejos de ser el ideal en cuanto a salud mental deja mucho que desear pues sugestionando y callando las voces que expresan la realidad del hospital no se garantiza una mejoría por el contrario se da un retroceso a los posibles avances o a la mejoría de la calidad de vida de los pacientes.
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Colaboración de Kenia del Orbe

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